El Monumento a la Revolución de la
ciudad de México nació como un monstruo para mayor gloria del poder pofiriano, la
revolución de 1910 lo dejó a medias y así se quedó hasta el inicio de los años 30, cuando
fue reciclado para ser un grandilocuente monumento a la fenecida lucha armada.
En los
pies de sus columnas se encuentran los restos de Venustiano Carranza, Plutarco Elías
Calles, Lázaro Cárdenas y supuestamente los de Pancho Villa, personajes que
frecuentemente se encontraron en campos opuestos y que sólo la magia pragmática del
PRI, con la cual la historia se volvía material de uso y legitimación de su poder, podía
reunir en un mismo suelo. Habría que recordar que Villa combatió a Carranza, que Calles
participó en el asesinato de ambos y que Cárdenas ordenó la expulsión de México de
Calles. Aún así, todos juntitos. Los habitantes del DF atribuyen a estos entierros
incómodos el exceso de temblores que sacuden la ciudad con excesiva y maligna
frecuencia.
La verdadera Revolución
viviendo en un tiempo de tanta violencia,
tanta falsa apariencia, exíliate al amor.
Vendrás de los amores truncados, ven, desde los pasos perdidos,
las renuncias y las conquistas,
equivócate y vente conmigo.
Yo también vengo del camino de la sombra, del camino del temor,
equivoqué mi lucha, mi lucha es la revolución del amor.
Consiste en que esta vez voy a dejarte pasar,
quiero abrazarte porque ya no tengo miedo a amar,
tuve brechas en mi cabeza, pero quiero perdonar,
ríndete al amor,
hagamos la revolución estallar.
Yo también tuve un corazón al viento,
también vi amanecer lejos.
Si ayer la oscuridad hizo en ti un quiebro,
abre los ojos, el sol sale de nuevo.
Me he atrincherado en mi casa
y he dicho basta, no quiero más,
la verdadera revolución es atreverse a amar.
No más dolor de garganta por gritar,
hoy canto el himno que me hizo despertar,
si alguna vez perdí la fe,
amando he vuelto a creer
porque hoy el miedo lo he convertido en vapor,
lo único que nos queda es el amor, defiéndelo.
Quiero escribir las canciones que antes tuve miedo de cantar,
quiero apagar la luz
y no tener miedo a despertar,
quiero decir gracias por todas las veces que no fui capaz,
amar hasta el cansancio,
hacer de mi victoria una realidad.
Consiste en que esta vez voy a dejarte pasar,
quiero abrazarte
porque ya no tengo miedo a amar,
tuve brechas en mi cabeza,
pero quiero perdonar,
ríndete al amor,
hagamos la revolución estallar.
Amar hasta el cansancio,
hacer de mi victoria una realidad.
Ríndete al amor,
hagamos la revolución estallar.
Y así es como se nos va un mes más, Adios Julio, no te vamos a extrañar
Yobailopogo!
-Vanexxa - La verdadera revolución-