Tragicomedia mexicana 3

Por fin! Por fin me saqué la espina, una cosa menos de la lista de cosas que quería hacer. Casi dos años después de comenzar pero lo logré. Terminé de leer tragicomedia mexicana 3, unas veces por desidia otras por falta de tiempo este libro no se dejaba leer. Aca ya habíamos hablado más o menos de los primeros dos volúmenes:

Tragicomedia mexicana 1, la vidaen México de 1940 a 1970.

Tragicomedia mexicana 2, la vidaen México de 1970 a 1982.

Tragicomedia mexicana 3, la vida en México de 1982 a 1994, tercer y último volumen de la serie del escritor José Agustín quien nos platica cómo fue la vida en México durante los sexenios de Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari. Un libro muy ad hoc con los tiempos electorales que vivimos hoy en México, buen momento para leer un poco de historia pues hoy más que nunca es necesario revisar nuestro pasado para comprender nuestro presente.

En este tomo comienza la narración de cómo era mi país unos años antes de que yo naciera, en 1982 el país ya estaba destruido, Miguel de la Madrid lo recibió hecho girones, en franca crisis y no hizo gran cosa para remediar la situación. Por esos años empezó el desfile de siglas, muchos nombres, grupos e instituciones que hoy ya no existen pero que se amontonaron en forma de lista para beneficiarse de los recursos nacionales con la promesa de aportar algo para mejorar la situación, está de más decir que ninguno logró mucho.  

Desde 1984 ya se rumeaba la idea de que México estaba al borde de la guerra civil, PARECÍA que la violencia no podía ser peor, hoy, a la distancia, vemos que lo que antes asustaba a la gente se volvió parte de lo cotidiano y no es nada comparado con las cosas que actualmente nos horrorizan, ciertamente ya nadie teme al “ mocha orejas” o al chupacabras, por esos días los robos y el narcotráfico eran cosas que pasaban en la lejanía, donde parecía que no nos afectaba ni siquiera indirectamente, hoy “las bajas”, como cínicamente se le llama a los que han muerto por culpa de políticas institucionales, se cuentan por millones, comienza a ser cotidiano encontrar medio centenar de cuerpos decapitados en una calle del centro y los niños se han familiarizado con el sonido de las ráfagas y ver a la marina patrullar sus colonias, México se convirtió en el infierno que día con día tenemos que sobrellevar, hoy están las condiciones para que el país se hunda todavía más, siempre se puede más, pero quiero creer que  la sociedad está cada vez más informada, que las siguientes generaciones tendrán la conciencia o los valores o el fastidio suficiente para cambiar algo de esta realidad que nos aqueja, de no dejarse deslumbrar por la ropa de marca, las drogas y las armas hechas de oro macizo, sí, necesitamos hacer un ejército y tomar las calles, pero esta vez debemos ir armados con libros y medicinas, no con metralletas. 

Creo que es por eso que a los mexicanos pocas cosas nos sorprenden, no es que seamos apáticos como a veces dicen, es que hemos visto de todo en este país, cada sexenio ha sido peor que el anterior, se tomaron decisiones que afectaron a muchas generaciones y con las cuales seguimos luchando hoy en día: un rescate financiero a otro, empresas quebradas, líderes sindicales fugitivos, estatales y paraestatales que evadieron millones (billones, chirriones o como se diga) en impuestos e insisten en imponer esa idea de que el país se va a pique porque me atrasé una quincena en el pago de mis servicios, o porque bajé un cd de internet, no me malentiendan, no es justificación, no es “porque ellos lo hacen en grande yo lo hago en pequeño”, no, pero tampoco que nos den esa mierda de la culpa compartida cuando las decisiones macroeconómicas las tomaron ellos para beneficiarse a sí mismos. 

Ahora toma sentido aquella frase de que somos una generación que sólo conoce la crisis, no conocemos otro estado porque la crisis comenzó mucho antes de que naciéramos y terminará mucho después de que muramos, si a caso conocemos crisis dentro de la crisis, momentos en los que se acentúa o se mitiga momentáneamente pero nunca desaparece, estamos acostumbrados, mas no resignados, a vivir con austeridad, en el mejor de los casos, cuando no con carencias, acostumbrados al “cómprate A o B”, nunca A y B, y la mayoría de las veces ni A ni B.Definitivamente así no es como imaginábamos nuestro futuro en los años 90, México es la Eurasia de Orwell, donde un simple pedazo de carne en tu plato puede hacer la diferencia entre ser rico y ser pobre, el futuro de Europa como lo dice Fabrizio Mejía, un régimen totalitario envestido de democracia donde el doble-pensar no es ficción sino nuestra lengua madre, cuando aquí se dice algo debes entender lo contrario, si dicen que la economía mejorará lo más probable es que empeore, si dicen que la seguridad aumentará seguro que lo que aumentará serán los delincuentes, por eso el presidente del empleo fue todo menos eso. 

Yo recuerdo que al inicio del calderonato todo indicaba que ahora si nos había cargado la chingada, bueno de hecho así fue, y pasaron tantas cosas que quien sabe cómo pero sobrevivimos, y hoy estamos aqui para contarlo. Y aunque durante el salinismo se tomaron decisiones que afectaron seriamente el futuro del país comienzo a considerar que no fue el más malo de la historia, porque cada hijo de la chingada que se ha sentado en la silla presidencial resultó peor que el anterior, todos, siguiendo una línea clara: la de los intereses personales. Y lo peor, todo esto no deja de ser un rumor, porque México es el país donde no pasa nada, donde nunca pasó nada, es el país del “si te vi ni me acuerdo”. A mi me sacan mucho de onda esas lagunas que hay en la memoria histórica, como si las cosas simplemente pasaran y ya, así sin más, como si todo hubiera sido una especie de sueño colectivo donde todos estuvimos pero que al final seguimos tratando como algo que no sucedió. La historia no es precisamente lo que aparece en los noticiarios o las revistas, sino lo que no se dice en los libros de texto, lo que se habla en voz baja o definitivamente se calla. En mi memoria queda el mundial del 98’ y  Luis Hernández metiéndole gol a Holanda, como en algún tiempo tener una parabólica en tu casa era como un estandarte de estatus, los videoclubes que murieron junto con los VHS, cuando conocí a miguel mejía barón, Salinas y su pronasol que resultó ser un mero espejismo, el punk-mex, la época de oro de Julio César Chávez y los rumores que lo vinculaban con los Arellano Félix, el asesinato de colosio, los libros de texto gratuitos editados para mostrar una versión muy extraña de la historia donde Carranza y Madero fueron “los grandes reformistas”, mientras que Villa y Zapata quedaron como unos simples rancheros quejumbrosos, se omitió al pípila, se nos enseñó que los españoles vinieron a “civilizarnos” y que hoy la única vía de acceso que tenemos al primer mundo es por la puerta de servicio. 

Hoy estamos parados de nuevo frente al precipicio de la historia, otro de esos momentos donde vamos a enterrar lo que nos gustaría ser, volveremos a recibir al “carro completo”, sin tener muy claro nuestro destino como personas o como país mientras nos vuelve a pasar la aplanadora por encima, dentro de unos años nadie va a recordar cómo fue la verdadera vida en México del 2006 al 2012, el apodo de “fecal”, las canciones con las que nos emborrachamos, las modas que tuvimos, las formas de hablar y todo lo que en verdad vivimos a diario, nada de eso va a aparecer en los libros, vamos a desaparecer en las lagunas de la historia como los últimos 500 años, solo espero que éstos posts queden para que algún día yo o alguien más los lea y diga “neta, así era”.

Yobailopogo!

y ahora, que nos va a pasar?