Con mi última mudanza me di cuenta de muchas cosas: la vida sin internet es muy extraña, las paredes cada vez son más delgadas, es muy fácil caer en el síndrome de Diógenes, no poder dejar ir, desprenderse, caer en un aislamiento y empezar a acumular chingadera y media por “si algún día se necesita”, cómo si en verdad nuestra basura fuera tan valiosa, este patrón de conducta solo hizo que me saliera más caro el transporte y que me hiciera más dependiente de cosas materiales a las que les he adjudicado valores emocionales cargados de un cinismo sin un valor real más allá de mi hedonismo puro de las cuales me cuesta desprenderme.
El día de hoy, estoy harto de los tuiteros vendidos y los youtubers comprados, hay un chingo de sueños frustrados que aquí en mi horrible blog quizá aún puedo intentar cumplir, las probabilidades están en mi contra y no creo que nunca llegue a pinchar discos en ningún lado, ni me inviten como presentador de videos, locutor o dj sorpresa en cualquier evento, los podcast realmente nunca fueron lo mío y como todos, me saco bastante de onda cuando escucho como suena mi voz, veo muy lejano el día en que una revista me contrate para hablar de discos, canciones, películas, conciertos, comida, pero no por eso voy a dejar de hacerlo, para eso tengo mi blog y a mis seguidores fieles.
Mi(s) aparato(s) con los que escuchaba música: cds, casetes, minidisc, ipod, han ido muriendo poco a poco y si quiero volver a escuchar esa canción en especial, al parecer la alternativa es continuar practicando el darwinismo digital más fundamental, evolucionar, adaptarse o dejar morir, por lo que tengo que empezar a convertir a nuevos formatos mi ruido placentero mientras sigo doblando cajas que ya no sé dónde apilar.
No es que sea un silenciofóbico, pero en verdad que ya no tolero escuchar los gritos de mi vecina con su playlist que brinca de RBD a Nek entre muchas cosas que yo no logro apreciar tanto como ella, tomando esa decisión me compre un nuevo estéreo, un par de discos duros y a convertir todo lo que pueda en mis tiempos libres, ya me puse de acuerdo con mi compita el burrito alter y decidimos crear un nuevo sitio para compartir nuestros discos, él va a ir subiendo todo el material que tiene guardado y que la policía de internet le ha tumbado varias veces, yo pienso subir la montaña de discos que tengo estorbando mi sala y no me deja cerrar la puerta, por si gustan pasar, ahí vamos a compartir música en el mejor sonido posible, sin pedirles nada a cambio, por lo que ahora les toca llenar sus discos de almacenamiento a ustedes si es que quieren pasarse a descargar algo por acá vamos a andar:
Yobailopogo!
-Ya nadie (me) lee-