jueves, 12 de septiembre de 2013

Me encantan los libros


La ventaja de los libros, como descubrió cuando estaba en el Puerto de Santa María, era que podías apropiarte de las vidas, historias y reflexiones que encerraban, y nunca eras la misma al abrirlos por primera vez que al terminarlos. Personas muy inteligentes habían escrito algunas de aquellas páginas; y si eras capaz de leer con humildad paciencia y ganas de aprender, no te defraudaban nunca. Hasta lo que no comprendías quedaba ahí, en un rinconcito de la cabeza; listo para que el futuro le diera sentido convirtiéndolo en cosas hermosas o útiles... 
"La Reina del Sur" de Arturo Pérez-Reverte.


Para mí, la idea de estar rodeado de libros
 ha sido siempre una idea preciosa.





Desde la infancia apenas se me cae algo al suelo tengo que levantarlo, sea lo que sea, porque si no lo hago va a ocurrir una desgracia, no a mí sino a alguien a quien amo y cuyo nombre empieza con la inicial del objeto caído. Lo peor es que nada puede contenerme cuando algo se me cae al suelo, ni tampoco vale que lo levante otro porque el maleficio obraría igual. He pasado muchas veces por loco a causa de esto y la verdad es que estoy loco cuando lo hago, cuando me precipito a juntar un lápiz o un trocito de papel que se me han ido de la mano, como la noche del terrón de azúcar en el restaurante de la rue Scribe, un restaurante bacán con montones de gerentes, putas de zorros plateados y matrimonios bien organizados. Estábamos con Ronald y Etienne, y a mí se me cayó un terrón de azúcar que fue a parar abajo de una mesa bastante lejos de la nuestra. Lo primero que me llamó la atención fue la forma en que el terrón se había alejado, porque en general los terrones de azúcar se plantan apenas tocan el suelo por razones paralelepípedas evidentes. Pero éste se conducía como si fuera una bola de naftalina, lo cual aumentó mi aprensión, y llegué a creer que realmente me lo habían arrancado de la mano. Ronald, que me conoce, miró hacia donde había ido a parar el terrón y se empezó a reír. Eso me dio todavía más miedo, mezclado con rabia. Un mozo se acercó pensando que se me había caído algo precioso, una Párker o una dentadura postiza, y en realidad lo único que hacía era molestarme, entonces sin pedir permiso me tiré al suelo y empecé a buscar el terrón entre los zapatos de la gente que estaba llena de curiosidad creyendo (y con razón) que se trataba de algo importante. En la mesa había una gorda pelirroja, otra menos gorda pero igualmente putona, y dos gerentes o algo así. Lo primero que hice fue darme cuenta de que el terrón no estaba a la vista y eso que lo había visto saltar hasta los zapatos (que se movían inquietos como gallinas). Para peor el piso tenía alfombra, y aunque estaba asquerosa de usada el terrón se había escondido entre los pelos y no podía encontrarlo. El mozo se tiró del otro lado de la mesa, y ya éramos dos cuadrúpedos moviéndonos entre los zapatos gallina que allá arriba empezaban a cacarear como locas. El mozo seguía convencido de la Párker o el luis de oro, y cuando estábamos bien metidos debajo de la mesa, en una especie de gran intimidad y penumbra y él me preguntó y yo le dije, puso una cara que era como para pulverizarla con un fijador, pero yo no tenía ganas de reír, el miedo me hacía una doble llave en la boca del estómago y al final me dio una verdadera desesperación (el mozo se había levantado furioso) y empecé a agarrar los zapatos de las mujeres y a mirar si debajo del arco de la suela no estaría agazapado el azúcar, y las gallinas cacareaban, los gallos gerentes me picoteaban el lomo, oía las carcajadas de Ronald y de Etienne mientras me movía de una mesa a otra hasta encontrar el azúcar escondido detrás de una pata Segundo Imperio. Y todo el mundo enfurecido, hasta yo con el azúcar apretado en la palma de la mano y sintiendo cómo se mezclaba con el sudor de la piel, cómo asquerosamente se deshacía en una especie de venganza pegajosa, esa clase de episodios todos los días. 
-Rayuela-



















 y ahi les va un adelanto de lo proximo que se reseñara en este blog




Yobailopogo! 
-amigo lector si han seguido las recomendaciones literarias de este blog
felicidades ya ha leido más libros que el que se dice presidente del país-



15 comentarios:

la MaLquEridA dijo...

Hace unos dias cuando la amenaza de una mudanza de esta casa a un departamento, pensaba en todas las cosas de las que me tenia que deshacer -entre ellas mi librero grande y todos mis libros- yo me traume porque puedo deshacerme de lo que sea menos de mis libros y la sola idea me puso los pelos de punta.

Para muchos mis libros son obsoletos pero tienen una gran particularidad, son míos y cuando me muera los voy a donar a una biblioteca pero seré yo quien decida que hacer con ellos.

¡Morí!

Algo bueno que estoy haciendo es enseñarle a La Bellita (mi nieta) a "leer" y ya sabe je.

Saludos.

CarlosMxAx dijo...

no niego que también tengo un grave problema con la lectura...
Mi nombre es Carlos!

El hombre de gris. dijo...

Una vez le dejé de hablar a alguien porque me perdío un libro que le presté, otra vez me atacaron aventandome un libro a la cabeza, le he robado libros a mis padres, le he visto la cara al vendedor de libros que no sabe lo que tiene, una vez tiré un libro a la basura y otra perdí uno en el micro irrecuperable, no me considero buen lector.

Chido Machin dijo...

Genial, la historia de la señora con el terrón de azúcar ¿de donde es? ¿es de algún libro? no se por que, pero me atrapó...

Saludos!

sandicita.!! dijo...

El gusto de leer es maravillozo!
Saludos!

Garriga dijo...

genial rep.
supero genial,
mantener la calma y leer a borges
por dios

S. dijo...

Hace poco leí este discurso de Federico García Lorca y me encantó:

“Cuando alguien va al teatro, a un concierto o a una fiesta de cualquier índole que sea, si la fiesta es de su agrado, recuerda inmediatamente y lamenta que las personas que él quiere no se encuentren allí. ‘Lo que le gustaría esto a mi hermana, a mi padre’, piensa, y no goza ya del espectáculo sino a través de una leve melancolía. Ésta es la melancolía que yo siento, no por la gente de mi casa, que sería pequeño y ruin, sino por todas las criaturas que por falta de medios y por desgracia suya no gozan del supremo bien de la belleza que es vida y es bondad y es serenidad y es pasión.

Por eso no tengo nunca un libro, porque regalo cuantos compro, que son infinitos, y por eso estoy aquí honrado y contento de inaugurar esta biblioteca del pueblo, la primera seguramente en toda la provincia de Granada.

No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio de Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social.

Yo tengo mucha más lástima de un hombre que quiere saber y no puede, que de un hambriento. Porque un hambriento puede calmar su hambre fácilmente con un pedazo de pan o con unas frutas, pero un hombre que tiene ansia de saber y no tiene medios, sufre una terrible agonía porque son libros, libros, muchos libros los que necesita y ¿dónde están esos libros?

¡Libros! ¡Libros! Hace aquí una palabra mágica que equivale a decir: ‘amor, amor’, y que debían los pueblos pedir como piden pan o como anhelan la lluvia para sus sementeras. Cuando el insigne escritor ruso Fedor Dostoyevsky, padre de la revolución rusa mucho más que Lenin, estaba prisionero en la Siberia, alejado del mundo, entre cuatro paredes y cercado por desoladas llanuras de nieve infinita; y pedía socorro en carta a su lejana familia, sólo decía: ‘¡Enviadme libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera!’. Tenía frío y no pedía fuego, tenía terrible sed y no pedía agua: pedía libros, es decir, horizontes, es decir, escaleras para subir la cumbre del espíritu y del corazón. Porque la agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida.

Ya ha dicho el gran Menéndez Pidal, uno de los sabios más verdaderos de Europa, que el lema de la República debe ser: ‘Cultura’. Cultura porque sólo a través de ella se pueden resolver los problemas en que hoy se debate el pueblo lleno de fe, pero falto de luz."

Anónimo dijo...

aquel que presta un libro debe hacerlo consciente de que jamás lo volverá a ver

a mi ya me la aplicaron varias veces y también la he aplicado, así que el universo está equilibrado

tuve que pedir prestado pero ya compré Nación TV, ahora a ver como sobrevivo el resto del mes sin cerveza y sin cigarros, snif

icHiGo. perO no sOy friKi dijo...

Alguien sabe como se llaman los libros que traen ilustraciones en sus hojas?


Yo tengo muchos libros por que los compro en los libros de viejo. ¡Me gustan por que algunos vienen dedicados y es trés romantique!














RaWwWwWr!

Fernanda Sandoval dijo...

¡Yo también me estoy fascinando con Borges en este momento! Me asusta, muchacho. Estamos demasiado sintonizados. Un abrazo fuerte. El más lindo de los posts.

TeReSa dijo...

Leer es lo único constante que he hecho en mi vida. Sólo lo bueno permanece.

Que tengas una buena vida y un buen libro.

fanntine dijo...

Que bonito post :333
A mi me gusta leer, tal vez no leo lo suficiente pero lo disfruto mucho, sufro, río y me apasiono con los personajes y sus historias, esta dentro de mis actividades favoritas.
ybp!

aNdReSiTo dijo...

ajajajaja el master bruce "lee" samamada JAJAJAJAJAAAAA!

reptilio dijo...

la MaLquEridA: ahhhhhh que padre

Carlos MxAx: bienvenido carlos entendemos tu pesar

Indraxus: esos no existen

Chido Machin: picale ahi donde dice rayuela y tendras la respuesta

sandicita.!!: totalmente de acuerdo

Garriga: hoy ya salio su entrada =D

S: ¡wuau! ese comentario solito podria ser un post, te prometo que algun dia lo pondre

Gerardo Grouch: hahaha asi andamos, y lo peor es que la lista sigue y sigue y sigue

icHiGo. perO no sOy friKi: yo deje de comprar ahi cuando dos me llegaron incompletos =P pero si aun lo hago y reviso hoja por hoja como buen obsesivo

Fernanda: te asusta pero te gusta, ya viste lo bien que la pasariamos, pero no quieres

TeReSa: ahhhh que buena onda, lo mismo, más ricos dulces, chidas pelis y grandes series en tu camino acompañada de alguien que te quiera bien

fanntine: =) leer es bien chido, por eso hacemos este blog

aNdReSiTo: XD a mi me saco la risa



Unknown dijo...

Pues sí, en mi vida sí he leído más libros que ese pendejo.
¡Chido man! Recién voy descubriendo a Córtzar y la neta me deja gratamente sorprendido.
Gracias.